martes, 25 de septiembre de 2012

En el FinEs “no hay miedo a nada, hay mesas grandes, hay te, todo se comparte”, cuenta Redolinda



Redolinda, la referente educativa del Programa FinEs 2 en el Centro Cultural “Esperanza de Vida” en la localidad de Adrogué, Partido de Almirante Brown, tiene una gran trayectoria desde los inicios mismos del Plan dentro del Programa Argentina Trabaja. En un principio, estaba destinado sólo a cooperativistas y sus familiares con lo cual muchas personas, las del barrio, no tenían la posibilidad de anotarse. Como ella explica, “ese fue el primer encontronazo que tuve cuando recién empezamos a hacer la capacitación como referente, Yo les decía ‘pero permítanme que meta a los vecinos, ¿ustedes se hacen una idea que yo teniendo un secundario acá y el vecino de enfrente le tenga que decir que no puede entrar?’ Ahí empecé a luchar (…) Yo tengo 5 comisiones, en todas tengo un vecino de acá, de allá, de la otra cuadra, porque pasó eso, viniste con el secundario al barrio y la gente se suma al lugar.”
El progreso del programa en Atte. Brown, logró que hoy, a mediados de 2012, ya sean 5200 las personas que están estudiando en su barrio o en su lugar de trabajo. Las primeras encuestas, reflejaron que eran 12 mil los que aún no habían logrado obtener su título secundario; por lo cual, estar “casi llegando a un 50 % de lo que falta del secundario en almirante Brown, ¿cómo no vamos a estar contentos?, dice, tajante, Redolinda.


La gran historia de lucha por el barrio y por los vecinos; la gran identificación hacia ella dentro de la institución; su predisposición al trabajo, a la colaboración, a la toma de conciencia y al respeto por los derechos de los ciudadanos, hacen de Redolinda una referente salida de otro planeta, relataría Víctor Hugo Morales si se tratara de una jugadora de fútbol. Acompañó a los talleristas a conocer el distrito y a ponerlos en contacto con otras personalidades del barrio, aquéllas que como Redolinda hacen y piensan en el otro más que en uno. Prestó su espacio para capacitaciones, fueron parte del spot publicitario del Programa Argentina Trabaja. Sus puertas están siempre abiertas, sus oídos dispuestos a escuchar y su boca dispuesta a expresarse, siempre en pos de un beneficio para la comunidad.
En este contexto, el FinEs vino a reparar muchos derechos, no solo el de la educación. Romper el prejuicio de que las instituciones barriales no son espacios de enseñanza, de que el pueblo no quiere aprender. En esto, la referente se siente orgullosa, y no es para menos: “Yo soy una de las instituciones que al primer, segundo o tercer día ya completé el cupo de profesores, y tengo cinco comisiones, o sea 25 profesores. Hay algunos profesores que tienen todas las materias. La de matemáticas está en todas las comisiones que hay acá. Esto quiere decir, que estos grupos a los profesores también les gustan, porque les gusta que el grupo participe. Una profesora el otro día se fue re chocha por la participación que tiene el grupo. Quiere decir, que vienen realmente a aprender.”
Cambian los códigos, se reavivan viejos valores, se comparten experiencias, todo se transforma. Incluso los más grandes, que se dicen estar más duros, pero que en la práctica eso no parece. Se forman familias, se predica con el ejemplo, se preocupan por el otro y, lo mejor es que ellos no lo ven en el día a día. “Hay algo muy simple que desde el primer día hay, y es lo primero que impacta: no hay miedo a nada, hay mesas grandes, hay te, todo se comparte”, relata Redolinda.
En el caso de las mujeres, por ejemplo, cursar dos veces por semana les dio una nueva oportunidad, ya que “no lo pudieron terminar porque no podían cubrir los cinco días y no podían cubrir ese horario porque no tenían con quién dejar las criaturas. Ese es un impedimento para las mujeres principalmente.”
LA GENTE GRANDE TAMBIÉN SE ACERCA AL ESTUDIO
Mucho se ha escuchado de que para aprender y para estudiar nunca es tarde, pero siempre se ha escuchado. Muy pocos eran los casos, pero hoy se multiplican. Los adultos mayores son parte del futuro, son fundamentales en la transmisión de tradiciones y experiencias, en la educación de los nietos, por eso, también son parte del FinEs: “tengo un grupo de gente mayor como yo, de 60 y pico, y me decían ‘¿pero a qué voy a venir?’, ‘vení, porque vos con este secundario vas a poder hablar los mismos códigos con tus nietos’, les decía yo. Ahora me dicen: ‘Redolinda, qué razón tenés, con mis nietos hago la tarea’. Esto hace que vos tengas un tema de conversación, y la integración hacia adentro de la familia.”
La principal ventaja que trae es la interacción entre distintas generaciones. La relación entre un joven y un adulto, entre madre e hija y ellas con otras personas, hermanas que comparten un estudio, marido y mujer, tías/os y sobrinas/os, y así podríamos continuar con la cadena familiar porque al FinEs llegan todos. Finalmente, la referente nos deja un razonamiento que explica el cambio radical que se aproxima para los barrios más vulnerables: “Los adultos les traen a los jóvenes su experiencia de vida y los jóvenes lo que hacen es refrescarle la memoria al adulto porque ellos tienen mucho menos tiempo entre que dejaron hasta que se reintegraron nuevamente.” Una vez más, todo se comparte, y esa es la idea. El conocimiento y los saberes se construyen y se difunden concientemente entre todos.

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